La argentinidad a palos

Me tomé el 76 para ir al cementerio de Flores al Aya Markay Quilla el 2 de noviembre, como hace 15 años lo vengo haciendo. Desde hace un lustro el gobierno de la ciudad de Buenos Aires viene realizando un operativo cerrando al tránsito 2 cuadras a la redonda del cementerio a la redonda.



La línea de colectivos con la que fui, que años antes me dejaba frente a la puerta principal desvió su recorrido sin aviso a los desprevenidos que como yo tuvimos que caminar unas 10 cuadras para llegar a la puerta principal porque la puerta lateral que le quedaban mas a mano a muchos la cerraron para que haya una sola puerta de acceso. Escuchando el diálogo del colectivo, ese desvío era “por culpa de los bolivianos”

Conmigo bajaron dos señoras mayores una con flores, otra con una bolsa llena de panes, a la que vi una hora después que apenas llegaba porque tenía un problema motriz y me contó que no la dejaron ingresar por la puerta lateral. Aunque las autoridades habían asegurado que iban a contemplar esas situaciones. Se ve que se olvidaron o no les importó.

Es que los bolivianos al recuperar una práctica cultural del Aya Markay Quilla cometieron el pecado de “copar” el cementerio, ser felices, hacer un ejercicio de memoria colectiva y encontrarse cada 2 de noviembre en forma masiva.

Una vez que asumió el PRO esto que ocurría se tornó intolerable y se propusieron desmantelar, aniquilar, asimilar y/o desalentar esa masividad con el argumento de la excesiva masividad, generalizando casos aislados de personas pasados de copas y/o atropello a las buenas costumbres, a tal punto que en las reuniones poco les faltaba para describir que el Cementerio estaba invadida por hordas de zombies.


La operación de “poner orden” se justificaba desde el vamos porque para ellos era una celebración de “los bolivianos”, desconociendo que en realidad es el rito mortuorio del Aya Markay Quilla, practicada por los naturales de los Andes Centrales (Noroeste argentino, norte chileno, oeste boliviano y sudeste peruano) hasta estos días.

Obviamente la medida no se consultó con los afectados, se consideró el punto de vista de algunos vecinos de la zona que se molestaron por esa escandalosa costumbre que tiene hasta música. Porque los practicantes de esta tradición mortuoria de la zona no llegan a la categoría de vecinos porque en la concepción de las autoridades al ser “extranjeros” tienen menos derechos. Esta especie de cruzada contra los migrantes de países limítrofes se inauguró en diciembre de 2010 cuando la administración PRO con sus punteros creó la trampa en que cayeron cientos de familias en el Parque Indoamericano, entre ellas algunas de países limítrofes, donde se los crucificó mediáticamente y se construyó y personificó al enemigo al que se le achacaron “todos los males argentinos”. No se necesitó empujar mentalmente mucho porque solo hacía falta un empujoncito y se activaba el “enano fascista” que tenemos y de allí fue como piña la batería de medidas anti-inmigrantes y racistas con la se castigaba mas a los grupos vulnerables porque mediáticamente trocaron de víctimas a culpables.

La Policía resguarda el basurero donde fueron a parar los elementos que les requisaron y que no les devolvieron como lo prometieron

Ese odio que se instaló trajo réditos políticos y traducidos a nivel nacional llevó a Macri a porque mantuvo su plataforma en ciudad con esta operación donde mataron tres extranjeros y 5 años después llegó a la presidencia. Pero fue mientras era jefe de gobierno que se comenzó con el control del Cementerio de Flores, el éxito del Parque Indoamericano hizo que el 2 de noviembre de 2012 militarizaran la zona con Gendarmería y la Infantería, para recibir a la gente que venía con sus panes, comida y flores para compartir una tarde con sus seres queridos que ya habían partido. Se cacheó a todos los que ingresaban al cementerio y como tenía que pintarla de igualitarios, lo hicieron con casi todos, porque para los argentinos era muy “violento” entonces aquel que “pareciera” boliviano era al que le hacían hasta el examen de alcoholemia.

El castigo implicó la lógica de “por unos pagan todos” también incorporados en la culpa que nos inyectaron desde hace centurias y con la creación de los estados nacionales, donde “no estamos en nuestra tierra” por eso no podemos hacer lo que queremos y el respeto y una serie de argumentos que van en línea con el objetivo del gobierno porteño.

Y no faltan los cipayos que le hacen el trabajo sucio al opresor en el 2011 fue la organización ACIFEBOL que controló el ingreso de sus paisanos y difundió a través de las radios las órdenes cambiemitas.

También puede entenderse esta postura de las radios como producto de estar acostumbrados al maltrato de siglos que esta naturalizado y de ahí a “la culpa es en realidad mía” nos mostraría como esta interiorizado la colonialidad hasta los huesos.


Desde hace unos 4 años se vienen sosteniendo reuniones entre algunos interesados en el tema para tratar de atenuar la evidente violencia institucional que aplica impunemente el gobierno porteño. Lo único que cambió fue la presencia de Gendarmería o Policía de la Ciudad en el interior del Cementerio, y la inexistencia del control de alcoholemia. Lo cierto es que los funcionarios porteños hacen como “que dialogan” pero terminan ordenando lo que se les ocurre. Pero acceden a esta puesta en escena a pedido de la Defensoría del Pueblo, el CELS y otras instituciones cuya intención es defender los derechos que asisten a las creencias de los pueblos originarios.

Para tener una idea de como encara este tema, el subsecretario de Seguridad compara este rito mortuorio milenario como si no tuviera diferencia con un partido de fútbol y solo se lo ve como tema “de seguridad” como si estuviera en peligro algo. Ya hay toda una declaración política que no se vea como un tema de derecho, nunca participó la dirección de cultos.

Este año la gente quiso recuperar las botellas de agua, gaseosas, paraguas, banquitos que al sacárselos les prometían que se le iban a devolver a la salida. Los empleados recibieron órdenes del Cementerio de tirarlos a la basura y la gente iba por sus cosas allí. Como podés llamar esta acción del gobierno porteño?.

En las últimas reuniones de los últimos 3 años que participé las autoridades porteñas la tildaron de éxito y no les importó que pensáramos lo que pensamos nosotros, no estamos para eso, claro.

Producto de estas violencias año 2019 hubo mucho menos cantidad de gente que estaba dispuesta a que lo traten como ovejas, y fueron a otros cementerios para hacer su rito mortuorio, donde no aplican estas políticas de “extirpación de idolatrías” que parecería del S XVI pero que aplican los funcionarios de una ciudad modelo y cosmopolita que se dice abierta a las cosas que vienen de afuera, pero reprime las que vienen de adentro.

bolivianos, Aya Markay Quilla, pro, intolerancia
nota original del periodico renacer

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